Por Aránzazu Días Huerta | Fotos: Solo un Instante
En esta vivienda de nueva construcción ubicada en el Valle de Trápaga, Vizcaya, faltaba lo más importante: crear un hogar. Con 80 metros cuadrados, la casa necesitaba un proyecto de interiorismo que le diese el 'alma'. Además, los propietarios querían modificar parcialmente la distribución de la cocina y uno de los baños, ya que, en origen, la cocina y el salón estaban separados.
El equipo de Moralima Studio se encargó de derribar el tabique que los dividía y diseñaron un nuevo tabique a media altura para albergar parte de la cocina y una barra de desayuno. Ahora, las zonas comunes se encuentran unidas en un mismo espacio, amplio y diáfano, y gozan de un estilo moderno y acogedor.

En la cocina, también se reemplazó la baldosa existente por una más actual con motivos geométricos, y los armarios combinan el gris y el blanco con la madera. De esta forma, el salón, el comedor y la cocina quedaron visualmente unidos.

En el salón, se diseñó una librería a medida con puertas correderas para albergar la TV, que también dispusieran de almacenaje extra. Por otro lado, se eligió un sofá esquinero en gris claro para maximizar el espacio, combinándolo con cojines en tonos azules y rosas para darle un punto de color.

El resto de los muebles y complementos del salón-comedor son muy neutros, combinando materiales cálidos como las fibras naturales y la madera.

Aunque en la habitación de los niños no había muchos metros cuadrados, esto no supuso ningún impedimento para diseñar una estancia original, alegre y llena de color. Así, en lugar de añadir unos cabeceros al uso, se diseñó una casita con pintura y papel pintado en la pared para albergar ambas camas.

El baño infantil sigue el mismo estilo y paleta cromática que la habitación. Para darle color, se escogió un mueble azul y se utilizaron unos vinilos con lunares en diferentes tonos que aportaron un toque alegre e infantil.

En cuanto a la habitación matrimonial, se optó por una estética sencilla pero cálida y acogedora. Para ello, se eligió un cabecero beige con remaches decorativos y unas mesitas de noche de madera clara. La nota de color la pusieron los cojines y la ropa de cama en tonos terracota y azul.

El baño en suite contaba con unas baldosas muy neutras, así que se escogió un mueble en madera de roble para añadir más calidez, y se complementó con un lavabo sobre encimera y un grifo negro con acabado mate.
Artículo original publicado en Mi Casa Revista en 23/11/2022.
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